Desde hace algunas semanas, por algunas cosas que me han ocurrido en mi trabajo es que estoy haciéndome algunas preguntas (mas).Algunas personas tienen el sentido de justicia a flor de piel. Son capaces de observar una situación, un hecho, y determinar, ver y saber si es justo, utilizando como única herramienta algo así como su sentido común.
Ahora, la cuestión es dar el salto cualitativo, es conocer e interiorizarse, formar opinión y tomar postura con argumentos que excedan nuestros valores de justicia, del bien y del mal, con conocimientos esencialmente técnicos.
Pensé entonces, sobre el rol de aquellos que tienen que abogar por la justicia de lo cotidiano. En el ámbito laboral, por el interés de los trabajadores, por sus condiciones de vida, calidad y medioambiente de trabajo.
Las asociaciones sindicales tienen como finalidad última estos preceptos, referidos en esencia al desarrollo del hombre de trabajo.
La acción sindical, indica la ley de asociaciones sindicales. 23.551, contribuirá a remover los obstáculos que dificulten la realización plena del trabajador. Vaya tarea.
Para encausar este mandato, las entidades deben generar instrumentos aptos para conseguir de manera efectiva el desarrollo del hombre en su medio de trabajo, pero como debate previo deben enunciar principios rectores de toda su actividad, principios de política social, y del rol que le asigna la clase trabajadora a concretar un proyecto nacional donde los trabajadores se desarrollarán como ciudadanos, como miembros de una familia, etc.
Podemos decir además que los sindicatos deben proteger al trabajador subordinado para suplir su insuficiencia para autoprotegerse y que, a pesar que los trabajadores detentan derechos de trabajo individuales consagrados, es la tutela sindical la que posibilita a través de negociación colectiva, el equilibrio de poder para luchar por esos derechos. Son entonces los intérpretes necesarios de los intereses del sector que representan.
La columna vertebral del accionar de los representantes sindicales contiene además un compromiso de clase con aquellos que les han otorgado la posibilidad de ser interlocutores validos y legítimos.
Entendido esto, pregunto… ¿Cual es el mecanismo capaz de acortar las distancias entre los grandes grupos representativos y las individualidades de los trabajadores? ¿Acaso existe?
¿Cual es el rol que demandamos los trabajadores a nuestros representantes? ¿Qué esperamos de ellos? ¿Se encuentra viva y presente la lucha por la reivindicación de los derechos de los trabajadores? ¿Exigimos un debate superador de la discusión salarial? ¿Confiamos en la presencia viva de esta finalidad última en el trabajo cotidiano de los que nos representan?... me pregunto.
¡Hola mundo!
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Hace 8 años